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Científicos del MIT desarrollan una batería de litio de estado sólido, más duradera.

Un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado un innovador sistema que podría revolucionar el mercado de las baterías de litio. Gracias al uso de un nuevo compuesto, el sulfuro de litio, la duración de carga y la vida útil de las baterías de los dispositivos electrónicos podrían experimentar un antes y un después.

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El grupo de investigadores, dirigido por Frank McGrogan y Tushar Swamy, ha publicado los resultados de su investigación en la revista Advanced Energy Materials. El estudio aspira a mejorar las baterías, uno de los elementos que más preocupan a los usuarios de 'gadgets' desde 'smartphones' a coches inteligentes, tanto por la duración de las cargas como por su vida útil o incluso el riesgo de incendio, que ya probó el caso del Samsung Galaxy Note 7.

La gran innovación que presenta el estudio del MIT con respecto a las baterías de ion de litio utilizadas actualmente se centra en el uso de un elemento sólido para conducir la electricidad: el sulfuro de litio. Hoy en día, las baterías de litio incluyen un líquido o gel electrólito, necesario para el funcionamiento de la batería pero que acaba desembocando en la degradación de la misma. Además, al tratarse de un líquido inflamable, es el responsable de que a veces se produzcan cortocircutos dentro de la batería o que ésta se incendie o, incluso, explote.

Las baterías de estado sólido del MIT podrían porporcionar un gran número de beneficios con respecto a las actuales, según las conclusiones del estudio. Además de eliminar el riesgo de explosiones, este nuevo sistema permitiría proporcionar una capacidad de almacenamiento de energía mayor y una vida útil mayor de la batería.

El descubrimiento de los científicos del MIT sigue la línea de otra investigación realizada en la Universidad de Stanford en el año 2010 que empleaba también el sulfuro de litio en las baterías. A pesar de la innovación, el estudio de Stanford presentaba un problema: que la duración de la batería alcanzaba tan sólo 40 o 50 ciclos de carga frente a los 300 o 400 de las del mercado.

La batería sólida del MIT ha solucionado el problema de durabilidad que tenían las del estudio de Stanford, pero sigue presentando un notable inconveniente: es muy frágil. Ante el estrés del uso, la batería puede 'romperse como un cristal', según palabras de los propios investigadores. 'En las baterías sólidas, la degradación mecánica probablemente regulará la estabilidad y la durabilidad', ha declarado a la web del MIT el experto de la Universidad de Michigan Jeff Sakamoto.

Pese a todo, el avance podría acabar aplicándose en los dispositivos siempre que se proteja la batería de forma suficiente. 'Es necesario diseñar en torno a ese conocimiento', ha afirmado Frank McGrogan, autor del estudio, a la web del MIT.

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